Como ganar la iniciativa En el primer semestre de 2014 las fuerzas democráticas tenían todo a su favor para tomar la iniciativa. Veníamos de un despertar del movimiento popular que se inició en el año 2008. Fueron las principales manifestaciones de ese despertar: La lucha estudiantil en 2011, la derrota de la reforma a la justicia en 2012, los paros agrarios y mineros en 2013, la resistencia a los mega-proyectos minero-energéticos, la lucha contra la ley 100 de salud, el apoyo al gobierno de Gustavo Petro en contra de la arbitrariedad del Procurador Ordoñez desdeabajo Como ganar la Iniciativa |
Para hacerlo necesitamos una nueva actitud dentro de la llamada
izquierda. Algunas de sus características se pueden sintetizar así:
- Ser crítica y realista pero a la vez optimista
- Tener principios pero ser flexible y pluralista
- Ser muy aterrizada y práctica pero manteniendo grandes ideales
- Ser disciplinada pero alentar la iniciativa y la creatividad
- Ser trabajadora pero llena de alegría
- Señalar con insistencia los errores y las fallas pero proponer soluciones concretas
- Impulsar el nacionalismo popular pero ser profundamente internacionalista
- Valorar y explotar la experiencia pero alimentarse de espíritu juvenil
- Combinar las reivindicaciones económicas y sociales con trabajo cultural e ideológico
- Tener visión estratégica pero materializarla en táctica concreta
- Promover el debate democrático sin caer en el consenso oportunista
- Luchar contra el caudillismo sin desconocer el papel de los líderes
- Crear equipos pero delegar responsabilidades individuales
- No excluir a nadie. Integrar, animar, promover y unificar al movimiento popular.
- Ser crítica y realista pero a la vez optimista
- Tener principios pero ser flexible y pluralista
- Ser muy aterrizada y práctica pero manteniendo grandes ideales
- Ser disciplinada pero alentar la iniciativa y la creatividad
- Ser trabajadora pero llena de alegría
- Señalar con insistencia los errores y las fallas pero proponer soluciones concretas
- Impulsar el nacionalismo popular pero ser profundamente internacionalista
- Valorar y explotar la experiencia pero alimentarse de espíritu juvenil
- Combinar las reivindicaciones económicas y sociales con trabajo cultural e ideológico
- Tener visión estratégica pero materializarla en táctica concreta
- Promover el debate democrático sin caer en el consenso oportunista
- Luchar contra el caudillismo sin desconocer el papel de los líderes
- Crear equipos pero delegar responsabilidades individuales
- No excluir a nadie. Integrar, animar, promover y unificar al movimiento popular.
La clave en política es ganar la iniciativa.
No se necesita ser mayoría para tener la iniciativa. Sólo se requiere claridad.
Hay que tener un programa, conocer la situación del contrario o contrarios, y
administrar las fuerzas acumuladas con sabiduría. Nada más.
En los últimos 80 años las fuerzas
democráticas en Colombia han logrado ganar la iniciativa en dos momentos
especiales. La primera fue liderada por Jorge Eliécer Gaitán en los años 30s y
40s del siglo XX. La segunda fue iniciada por Jaime Bateman y continuada por
Jaime Pardo Leal y la UP en la década de los años 80s. Ambos procesos fueron
ahogados en sangre por parte de la oligarquía pero las fuerzas democráticas
también cometieron graves errores. Se trata ahora de superar esas experiencias
y triunfar.
En el primer caso se avanzó sobre el auge
del movimiento democrático-liberal que derrotó la hegemonía conservadora en
1930. En el segundo momento se aprovechó el movimiento nacionalista que se
expresó en 1970 con la elección del general Gustavo Rojas Pinilla como
presidente de la República, resultado que fue desconocido por las clases
dominantes mediante el fraude electoral. En ambas situaciones surgieron los
dirigentes que lograron interpretar el momento pero faltó organización para
garantizar la continuidad y el triunfo.
En el primer semestre de 2014 las fuerzas
democráticas tenían todo a su favor para tomar la iniciativa. Veníamos de un
despertar del movimiento popular que se inició en el año 2008. La lucha
estudiantil en 2011, la derrota de la reforma a la justicia en 2012, los paros
agrarios y mineros en 2013, la resistencia a los mega-proyectos
minero-energéticos y la lucha contra la ley 100 de salud, y el apoyo al
gobierno de Gustavo Petro en contra de la arbitrariedad del Procurador Ordoñez,
fueron las principales manifestaciones de ese despertar.
A pesar de los errores y graves falencias
mostradas por los dirigentes y partidos que representan el "movimiento
democrático" que llevaron a la dispersión de fuerzas y a permitir que dos
representantes de la oligarquía se disputaran la Presidencia de la República en
la 2ª vuelta en junio 15 de 2014, el acumulado logrado en esa etapa consiguió
que ese movimiento se expresara con cierta independencia y autonomía votando
por Santos contra Uribe. Esas fuerzas democráticas –hay que reiterarlo– fueron
determinantes en esa re-elección.
El problema consiste ahora en ser
conscientes –absolutamente conscientes– del momento político y de las fuerzas
en juego. En términos relativos –contando los resultados electorales –el
panorama es el siguiente: La fuerza mayoritaria es el uribismo con 6'900.000
votos, le sigue el santismo con aproximadamente 4'800.000 y el movimiento
democrático con 3'000.000. En ese movimiento democrático se deben contar los
votos independientes, alternativos, progresistas, liberales demócratas y de
izquierda.
La ventaja para el movimiento democrático es
que sus votos son los más conscientes y limpios de todo el conjunto del
electorado. Además, con una correcta estrategia puede conectarse con cierta
facilidad con las fuerzas más avanzadas del voto en blanco y de la abstención,
que están allí a la expectativa. Para hacerlo hay que ganar la iniciativa
política.
¿Qué fue lo que hicieron Jorge Eliécer
Gaitán y Jaime Bateman para ganar la iniciativa? ¿Dónde está el quid del
asunto?
Ambos se colocaron al frente de la sociedad
y no sólo de sus propias fuerzas. Ellos se dirigían a toda la población y
confiaban en ella. Gaitán no temía estar dentro del partido liberal ni ser
parte de gobiernos oligárquicos como el de López Pumarejo y Eduardo Santos (en
ambos fue ministro, en el primero de educación y en el segundo de trabajo).
Bateman no tuvo ningún complejo y planteó el Diálogo Nacional, retando a todo
el establecimiento, proponiéndoles trabajar unidos por un mejor país, por su
transformación democrática.
Así consiguieron tomar la iniciativa.
Lograron ser los referentes principales de sus respectivos momentos políticos.
Se conectaron con las mayorías populares y pusieron el ritmo. Fueron capaces de
mostrarse como real alternativa a los partidos tradicionales y la Nación estuvo
pendiente de sus actuaciones. Mostraron capacidad de ser gobierno y de ofrecer
soluciones para los principales problemas de la sociedad colombiana.
Ahora el movimiento democrático tiene tres
alternativas: ser parte de la oposición al gobierno de Santos –al lado del
uribismo–, ponerse a la cola del gobierno santista o ganar la iniciativa
política.
La primera ya está sobre el tapete. En
entrevista con María Isabel Rueda en El Tiempo (http://bit.ly/1kLO1hy), el
senador del Polo-Moir Jorge Enrique Robledo plantea con toda claridad su
posición frente al nuevo gobierno de Santos, que es sólo la ratificación de lo
decidido por el Comité Ejecutivo de su partido la semana anterior a la 2ª vuelta:
oposición total al gobierno de Santos. El aspecto principal que determina esa
actitud es que es un gobierno neoliberal, de derecha, oligárquico y
pro-imperial. Para Robledo, y en eso tiene parte de razón, el tema de la Paz es
un engaño, una trampa, un juego marcado y macabro para engañar al pueblo.
La segunda posición la expresan las fuerzas
y dirigentes del movimiento democrático que aspiran a subirse al carro del
gobierno para "gestionar la Paz" pero sin preocuparse por acceder a
niveles decisorios (ministerios) ni por llegar en forma unificada y con un
programa propio de amplia cobertura. Aspiran a gestionar programas parciales y
limitados para la fase del llamado "post-conflicto" llegando a cargos
menores o por medio de ONGs. Es el camino de la cooptación y la entrega.
Algunos lo harán de frente, otros de manera camuflada.
La tercera posición está representada por
el Frente Amplio por la Paz en construcción. Sin embargo, para ganar la
iniciativa política las fuerzas políticas que lo conforman deberán impulsar
Convergencias que vayan más allá de las fuerzas de izquierda. Si el Frente
Amplio por la Paz se reduce a actuar sólo en el campo de la izquierda, no podrá
tomar la iniciativa.
Se necesita ampliar esa coalición. Hay que
involucrar a todos los sectores políticos que dicen "luchar por la
Paz". Hay que meterle pueblo a los procesos de convergencia para generar
un gran Movimiento por la Paz y la Democracia. Se debe convocar sin distinción
a senadores y representantes, gobernadores y alcaldes, concejales y diputados,
movimientos y organizaciones sociales, a todas las fuerzas vivas de las
regiones y localidades, para ir construyendo desde ya la Paz que todos
necesitamos. Hay que construir Convergencias por la Paz en todos los municipios
y departamentos. Preparar con consistencia y mucha apertura las propuestas de
las regiones y localidades para el llamado "post-conflicto".
En esa tarea el movimiento democrático tiene
propuestas elaboradas. Hay que abrirle la agalla a la gente. Debemos
unificarnos en torno a un Modelo de Desarrollo que tome como base a la gran
mayoría de la población que son, por un lado, los pequeños y medianos
productores y comerciantes, y por el otro, los trabajadores asalariados. Hay
que hacerlo con una visión incluyente y pensando en grande. Incluso a los
uribistas de las regiones y localidades debemos abrirles las puertas porque la
Paz tenemos que hacerla con todo el mundo. Desde abajo y desde arriba, desde lo
social, político, económico, cultural, institucional, étnico, agrario, etc.
Todos deben ser convocados a transformar a Colombia. Es ahora o nunca.
Es claro que el movimiento democrático –
como un conjunto – no va a ser parte del gobierno. No se presionó y se dejó a
Santos con las manos libres. Sin embargo, el movimiento democrático
representado por el Frente Amplio por la Paz puede ser la cabeza de un gran
movimiento por la Paz y la Democracia que jalone a todas las fuerzas
democráticas del país. Pero tendrá que hacerlo convocando a todo el mundo, sin
temor a "contaminarse", derrotando el "purismo" y el síndrome
de ser eterna oposición. Ese es el reto.
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