Y pensar que este país
merece un cambio radical en la salud, educación, infraestructura, economía,
seguridad urbana, empleo, justicia urbana, empleo, justicia y muchas otras
cosas pero 7 millones de colombianos eligieron y piden a gritos: corrupción,
mentiras, chantajes, abusos, ignorancia, hambre, chuzadas y violencia, mientras
que 5 millones eligieron otras opciones políticas, 770.000 electores expresaron
su rechazo a la clase política con el voto en blanco y se constituyó en el mas
alto porcentaje en la historia y 19 millones aptos para votar patrocinaron todo
esto con su indiferencia, apatía y pasividad al no acudir a las urnas.
En un país donde el 60% no
vota, no vale la pena hablar de democracia sino de una dictadura de élites
políticas o tiranía de las minorías que eligieron en estas elecciones el
escándalo protagónico de mayor impacto en los medios de comunicación, estrategia
que estuvo pensada para deslegitimar al candidato uribista pero paradójicamente
generó el efecto contrario.
Seguramente, la segunda
vuelta presidencial marcará un nivel de abstención histórico, no solo por la
calidad de los candidatos sino porque se realizará el domingo 15 de junio,
justo un día después del primer partido de la Selección Colombia frente a
Grecia en el Mundial y además, la polarización crítica será la nota especial en
estos 20 días de campaña que siguen.
Para qué pruebas Pisa si
las elecciones son el mejor ítem para saber el nivel de educación del país, que
ha sido permeado por la ignorancia, el hambre, la corrupción y la impunidad,
todo esto auspiciado por el mismo pueblo que presume de este país como el más
alegre del mundo de manera ridícula y patética.
Votar en blanco en segunda
vuelta no hace repetir las elecciones ni tiene efecto vinculante, solo
manifestación de rechazo político, y abstenerse o anular el voto no brinda
solución a lo que necesita el país, es por esto que Colombia tendrá que decidir
entre el Santismo y el Uribismo sin caer en el juego sucio de la polarización
atacando y amenazando al contrincante.
Seguramente el Partido
Conservador en cabeza de Marta Lucia Ramírez sellará una alianza con el
candidato Zuluaga, mientras que el partido Polo y la Alianza Verde se debaten
en estos momentos que hacer, porque en el caso de adherir a alguna campaña les
traerá consecuencias nefastas para próximas elecciones ya que la gran mayoría
de sus electores no se identifican con el Santismo – Uribismo.
Si muchos no pensaban
llegar al límite frustrante de tener que votar por Santos o Zuluaga, pues llegó
la hora y es el 15 de junio del presente año, uno u otro van a gobernar los
próximos 4 años y en este caso será decidir entre lo miserable y lo repudiable.
Mientras tanto, será
prepararnos para ver un mundial excepcional y una presentación histórica de la
Selección Colombia, tal vez el único consuelo que queda…
Luto nacional —–
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