El día sin Uribe by Miguel Angel Castilla Camargo

El día sin Uribe
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by Miguel Angel Castilla Camargo
. Por informaciones confidenciales, sé que hay personas
que han mandado a instalar un dispositivo en sus televisores
para que se apaguen automáticamente cuando sale el dr. Uribe
. Me cuentan que en algunas casas esto ha generado caos
porque no conciben que el televisor se encienda solo los
domingos para el mensaje de Benedicto.
   Por eso, por la tristeza que nos consume, y básicamente
por salubridad mental, le pedimos encarecidamente al señor
Uribe, que nos deje descansar, siquiera un día de su omnipresencia.
La sabia Providencia sabrá agradecérselo. Piénselo doctor Álvaro,
al otro día puede seguir en sus labores cotidianas dando lata.

Cerca al Ubérrimo, en Montería, una mujer vencida por los años y el masoquismo me dijo hace nueve años: “Álvaro es incansable”. Debo admitir que hasta hoy comprendo la magnitud de esa frase. Bueno, sus caballos hablan el idioma de Sancho a la perfección y no hacen alarde de ello. Los evangélicos dicen que el ex presidente tiene un espíritu de aflicción que lo manipula a su antojo. Tocaría mirar si no es lo contrario.
   Hablar de Álvaro Uribe Vélez de la Santísima Trinidad, es citar el Génesis, el Big Bang, ¡Eureka!. En términos interplanetarios, es un ser de otro mundo.
  Es equiparable a Juan el bautista, María Magdalena y Jesús, con la gran diferencia que Uribe bautiza con epítetos, llora de la piedra y no te perdona una. Sus amigotes taliones todavía no se han podido dar cuenta que su titán no pudo atravesar el Jordán y que por terquedad, al igual que Moisés, se quedó del otro lado perdiéndose de disfrutar la leche y la miel de una tierrita celestial. A él simplemente le interesa este mundo, tan corto, superfluo y ruin. Pero bueno, respetemos, a Álvaro lo que es de Álvaro, que es bastante, pero en el Reino de los Cielos eso equivale a un chupetín para Lázaro.
   Si bien el perfume fino viene en envase chiquito como dicen las señoras, también es cierto que así sea el más valiente y corajudo, o el último culebrero paisa, para los gusanos representa solo 15 días de fiesta.
   De todas formas, nuestro Napoleón de los mil demonios, con sus 130 cm –de estatura-, no solo combatió a la guerrilla, sino también a los corruptos de antaño, a quienes derrotó con saña, dizque porque había una nueva generación de muchachos de buena familia que necesitaban un ingreso seguro. Eso de estarse llevando el erario para la casa era algo indecoroso.     
   He de aquellos días en que los fajos de billetes sacados del colchón alimentaban el fervor de compatriotas que gritaban consignas de alabanzas frente a la casa de sus líderes hasta la hora del almuerzo.
   Quienes creían que el presidente Santos lo iba a enviar a Tahití de agregado cultural se equivocaron. Me lo imagino llevando la danza del garabato. Simplemente sus adversarios lo querían allá porque a la hora en que se despiertan en el pacifico sur, acá se duerme. Lo que nadie sabía es que al salir de la presidencia, compró el almacén donde le vendían las gotas anti Morfeo.
   En vista que no quiso irse del país, que insiste en molestar las 24 horas del día, y que no soporta que Dania Londoño, Juanes, Capriles y la reina popular del bollo limpio le roben el protagonismo, apelamos al sentido común de proponer el día sin Uribe, para ver si de esta forma podemos hablar verdaderamente de liderazgo, así sea una mañana en el año. Sobra advertir que sería algo así como una bendición de Dios, donde los notarios, los jueces y todo el mundo podrían sentir resarcir la dicha perdida al calor de un tinto.
   Es tal nuestra crisis, que cada vez que hay un bombardeo a un pueblo invocamos al ídolo que nos enseñó que las cosas se arreglan a plomo. De todas formas, nada bueno puede salir teniendo al primo hermano del patrón del mal de José Obdulio de asesor, quien confunde la Republica de Platón con la pequeña finquita de su jefe.
   Total, como al que no quiere caldo le dan doble taza, Uribe nos sale hasta en la sopa. O si no que lo digan los creativos del programa los rencauchados de Caracol. Ahí Alvarito canta, cosa que no hace ni en el baño; ora por la libertad de uribito, acto imposible de creer, y clama por la unidad nacional, que es como invitar al vice Angelino a manteles con la reina madre de Inglaterra.
   Por informaciones confidenciales, sé que hay personas que han mandado a instalar un dispositivo en sus televisores para que se apaguen automáticamente cuando sale el doctor Uribe. Me cuentan que en algunas casas esto ha generado caos porque no conciben que el televisor se encienda solo los domingos para el mensaje de Benedicto.
   Por eso, por la tristeza que nos consume, y básicamente por salubridad mental, le pedimos encarecidamente al señor Uribe, que nos deje descansar, siquiera un día de su omnipresencia. La sabia Providencia sabrá agradecérselo. Piénselo doctor Álvaro, al otro día puede seguir en sus labores cotidianas dando lata.

   Me da pena profundamente tener que recurrir a Dios para una estupidez que se puede arreglar con el concurso de los propietarios de Medios, la clase política, los grupos insurgentes, los jueces de la República y la recua de lagartos que se siente realizados nadando en las aguas putrefactas del Estado. Amen.


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