PEÑALOSA ABUCHEADO, FUERA! FUERA! LE GRITABA LA GENTE
Hace falta explicar claramente lo que está
pasando acá en Bogotá.
Cuando Peñalosa advierte que “la diferencia
entre su metro y los anteriores es que el de él sí se va a hacer”, o cuando
sugiere que él “sí va a solucionar el tema de movilidad a las entradas de
Bogotá”, o cualquier otra cosa, él no está manifestando que él tiene la mejor
solución. Ni siquiera que tiene una solución. De eso no se trata.
Entre los críticos vehementes de la
administración distrital hay todo un desfile de excelentes ciudadanos, de gente
competente en su trabajo, acatadores de las leyes, de las reglas de juego. Más
que eso, muchos son expertos en sus respectivas profesiones: abogados,
ambientalistas, economistas, ingenieros… Y es frustrante verlos enfrascados
intentándole explicar a la ciudadanía por qué las decisiones de Peñalosa no son
acertadas. Son argumentos claros, pero a veces difíciles de seguir. Y cuando
usted entra en ese galimatías, le ha entregado la victoria a Peñalosa.
Por qué: la gente escucha argumentos de
ambos lados, pero no sabe qué hacer con todos ellos. La administración le juega
a que la gente termine resolviendo el tema con un argumento de autoridad: “vea
que el del lado de la administración también es un experto, déjelo trabajar.”
Por eso les es fundamental tener a los medios a su favor: para poder jugar la
carta de que la gente sienta que puede depositar la confianza sobre ellos.
Pero lo que está pasando es esto. El patrón
ya es claro. Cuando Peñalosa dice que el metro de él sí se va a hacer, él no
está diciendo que esa es la mejor solución, eso es caer en su juego, él lo que
está haciendo es manifestar su intención: voy a pasar por encima de las
instituciones. Como se dice coloquialmente: acá vengo a hacer lo que se me da
la regalada gana.
¿Y cómo no? De hecho eso es lo que ha hecho
desde el principio. En campaña dice que es doctor, pero no es cierto. Tiene
maestría, también falso. Habla de proyecciones demográficas, que nadie puede
explicar. Encontró la ciudad en crisis fiscal, mentiras. Justifica el cierre de
bicicorredores con cifras, que terminan siendo falsas. Le hace aprobar al
concejo el desembolso de la plata usando los estudios del metro subterráneo,
para hacer otro metro sin estudios. Le hace aprobar al concejo la venta de
empresas públicas, sin cumplir los requisitos de ley. Y la lista es más larga.
Y nosotros intentando convencer a los ciudadanos que no son decisiones
acertadas.
Eso es justamente el objetivo de ellos, de
su equipo de gobierno. Mostrarnos cómo no importa que se salten las reglas,
porque ellos sí obtienen resultados, porque lo que importa al final son los
resultados. Buenos, mediocres, malos no importa, al final: resultados. Algo es
algo, peor es nada.
Nosotros, “los de ruana”, no debemos tolerar
más esa actitud, de los que se saltan las reglas, de los que hacen trampa para
salir adelante. Porque las reglas están ahí por una razón: el beneficio de
todos, hacer lo mejor posible entre todos. No, no debemos dejar que destruyan
todas las instituciones para su beneficio personal. Los ciudadanos de Bogotá
tenemos que enviar un mensaje claro: ¡Peñalosa, usted se tiene que ir!
No se trata pues de convencer a la gente que
sus decisiones son desacertadas ¡No! Se trata de sacarlo porque como ciudadanos
nuestra obligación es proteger la institucionalidad cuando esta se ve
amenazada.
http://blogs.elespectador.com/actualidad/la-droga-y-colombia/penalosa-se-ir
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