El martes de esta semana se presentó finalmente el trazado de la primera línea de metro elevado para Bogotá, que va desde Bosa hasta la calle 72 por la Avenida Caracas. Sin embargo, desde ya hay críticas por parte de académicos y técnicos.
El estudio que sustenta esta línea también ha sido criticado porque no cuenta con los estudios de suelos y geotécnicos necesarios para iniciar la licitación de las obras. A pesar de que el gerente del metro, Andrés Escobar, ha dicho que se utilizarán los estudios de la administración de Petro, la Sociedad colombiana de geotecnia sostiene que: “si finalmente se toma la decisión de modificar el alineamiento o el nivel de la primera línea del metro de Bogotá, debemos aclarar que por la naturaleza del subsuelo y los efectos que tendrá el proyecto, será necesaria la ejecución de nuevos estudios de geología y geotecnia, dado que estos no se pueden –o deben– transferir a las “nuevas condiciones”, lo cual constituiría de entrada en un “pecado” que en el pasado les ha costado mucho a la ciudad y al país”.
Uno de los problemas de esta línea del metro es que estaría construida por encima del carril de Transmilenio. Según expertos, como Jorge Espinel, esta construcción obstruiría prácticamente el Transmilenio. “imagínese la locura que sería abrir los huecos para los inmensos pilares de esta estructura y al mismo tiempo tratar de operar Transmilenio. Imagínese lo que conlleva la vaciada de concreto para construir un edificio de cinco pisos a todo lo largo de esta avenida encima de la ruta de Transmilenio”.
Otra de las críticas es la forma como está concebida esta línea del metro, que se convertiría en un alimentador de Transmilenio porque las distancias entre las estaciones son muy largas, a diferencia de lo que pasa con las estaciones de Transmilenio. Para el concejal de Bogotá, “la concepción del ‘métrico’ de Peñalosa tiene un propósito: volverlo un alimentador más de Transmilenio”.El estudio que sustenta esta línea también ha sido criticado porque no cuenta con los estudios de suelos y geotécnicos necesarios para iniciar la licitación de las obras. A pesar de que el gerente del metro, Andrés Escobar, ha dicho que se utilizarán los estudios de la administración de Petro, la Sociedad colombiana de geotecnia sostiene que: “si finalmente se toma la decisión de modificar el alineamiento o el nivel de la primera línea del metro de Bogotá, debemos aclarar que por la naturaleza del subsuelo y los efectos que tendrá el proyecto, será necesaria la ejecución de nuevos estudios de geología y geotecnia, dado que estos no se pueden –o deben– transferir a las “nuevas condiciones”, lo cual constituiría de entrada en un “pecado” que en el pasado les ha costado mucho a la ciudad y al país”.
Desde julio pasado, la Fiscalía tiene una investigación abierta en contra del alcalde Peñalosa; el secretario de movilidad, Juan Pablo Bocarejo, y 28 concejales de la ciudad por presuntamente incurrir en prevaricato al haber aprobado dineros en vigencias futuras para el metro sin ningún estudio técnico.
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